Publicado: 19.04.2017
En Singapur pude quedarme en casa de un amigo que conocí en Islandia. Sentí que probé cada especialidad y vi cada punto de interés. También me explicaron la legislación; por ejemplo, no está permitido comprar o vender chicles. Especialmente hermosos fueron los Jardines de la Bahía, un enorme jardín con plantas de todo el mundo. También la vista desde Sentosa era preciosa y en la playa fue genial, aunque la vista del horizonte estaba llena de buques cisterna que esperaban poder entrar al puerto. Singapur fue mi primera parada en Asia y debo decir que fue muy interesante.
'No hay tierras extranjeras. Solo el viajero es extranjero.'