Publicado: 27.08.2016
Por la mañana, el hostal organizó para mí una 'Free Walking Tour' con una local. Yuki fue muy amable y me mostró un hermoso santuario, el zoológico de mascotas adyacente y el paseo fluvial de Nagasaki. Después, descansé un poco y me dirigí a ver el museo de la bomba atómica de Nagasaki.
Este era un poco más pequeño que el de Hiroshima, pero no menos impactante. Lo que más me impresionó fue que testigos de la época actuaban como 'guías de paz' para llevar a los visitantes (lamentablemente solo en japonés).
Después visité el parque conmemorativo en el hipocentro, donde aún se encontraban restos de la gran catedral destruida por la bomba. Nagasaki estaba muy influenciada cristianamente debido a su papel como puerta al mundo occidental, de modo que la catedral más grande de Asia oriental se encontraba en Nagasaki hasta 1945. A continuación, caminé hacia el parque de la paz, donde había muchas estatuas conmemorativas expuestas.
Mi último destino ese día fue el santuario Sanno, cuyo torii solo sobrevivió a la bomba atómica a medias.