Publicado: 25.01.2019
Después de que ayer encontramos un campamento muy cerca de nuestro lugar de trabajo, estábamos agotados, preparamos algo rico para comer y nos fuimos a “dormir”. ¿Por qué entre comillas? Porque no pude dormir ni un minuto con 32 grados en la noche. A las 4:45 de la mañana sonó el despertador, me levanté, me lavé los dientes y me vestí para el trabajo. Listo para empezar, a las 5:15 de la mañana recibí el SMS del granjero: lo siento, hoy no se puede trabajar, hace demasiado calor. Ya me había alegrado, pero lo que siguió fueron horas de pura hell. ¡43 grados! El viento quemaba en todo el cuerpo, me duché 4 veces, estuve simplemente 20 minutos bajo agua fría. Me rocié con agua cada 5 minutos y sumergí mis sandalias en el agua y me las volví a poner con la esperanza de enfriarme un poco. ¡Sin suerte! No se podía soportar, solo se podía esperar sobrevivir a este día. Ya tenemos las 7 de la tarde y todavía estamos alrededor de 30 grados, pero eso se podía esperar, miraba el teléfono cada 30 minutos para ver cuándo terminaría por fin el horror. El lunes se supone que empezaremos con el trabajo. El clima también debería “enfriarse” en los próximos días. Para mañana ya hemos elegido un nuevo lugar de acampada que es gratis y aún más cerca del trabajo.
Ah, por cierto, en el camino aquí de verdad vi los primeros canguros 🤩, desgraciadamente fue mientras conducía y no pude tomar una foto, pero seguro que no fue la última vez 🤌
Saludos desde Down Under