Publicado: 19.01.2020
Después de una larga ausencia, debería pensarse que tendríamos más que informar. Sin embargo, lamentablemente, tenemos que decepcionarlos, ya que hemos estado trabajando desde principios de enero. ¿Dónde? En un pequeño lugar llamado Roxburgh, que tiene menos de 600 habitantes. Las oportunidades de trabajo son limitadas. Sin mencionar nuestro tiempo libre.
Estamos cumpliendo con la obligación de mejorar un poco el fondo de viaje en un empaquetado. Como aquí en Nueva Zelanda es la temporada de cerezas y albaricoques, nuestra actividad consiste principalmente en clasificar y empaquetar las frutas cosechadas.
Comenzamos en la “Cherry Vision 3.0”. En esta máquina, al principio, las cerezas recolectadas se vierten en un estanque de agua. Desde allí, las cerezas pasan sobre un rodillo hacia una cinta transportadora, donde los empleados seleccionan tantas frutas malas como les sea posible. Luego, la máquina distribuye las cerezas por tamaño a otras cintas transportadoras, donde hay otra persona asignada. Aquí entramos en acción. Nuestra tarea es examinar cada cereza individualmente y tomar la decisión de si va al mercado global, al local o a la cinta de desechos. Además, debemos quitar todas las hojas y separar las cerezas gemelas. La carga de trabajo en esta cinta depende principalmente del tamaño del que somos responsables.
Las frutas que van al mercado global continúan en las cajas en las que se empaquetan. Aquí se diferencian en cajas de 5Kg y 2Kg. Cuando se alcanza este peso, una luz verde se enciende, la cinta se detiene y se cambia la caja. Luego, el saco se cierra y la tapa se coloca sobre él. La caja terminada se lleva a la cámara frigorífica, donde se almacena hasta su envío.
Para un poco de variedad, a veces intercambiamos estas tareas entre nosotros. Además, las cajas deben ser preparadas continuamente cuando se presenta la oportunidad.
A veces también tenemos que ayudar a empaquetar albaricoques. Aquí se seleccionan los que tienen manchas o pequeños agujeros. Las que están sin defecto se colocan en una caja, que se envía a una cinta transportadora tan pronto como está llena. Las que tienen pequeños defectos de belleza se comprueban, al igual que las cerezas, por su calidad para el mercado local. Estas también se empaquetan en cajas y luego en palets.
Cuando tenemos un día libre, lo utilizamos para hacer las compras semanales o lavar la ropa. La verdad es que el trabajo consume tanto tiempo que durante la semana solo queda tiempo para cocinar y ducharse. Después, caemos cansados en la cama, antes de que al día siguiente vuelva a comenzar.
Ya hemos superado dos tercios, por lo que estamos de buen ánimo. Porque tan pronto como terminemos allí, podremos dedicarnos por completo a viajar. Ya estamos ansiosos por esto. El próximo viaje ya está decidido, pero sobre eso, más en nuestro próximo artículo!