Publicado: 16.01.2019
¿Cómo era hace unos años en los Backwaters?
¡Lo sé! Y era diferente. En ese tiempo no había las innumerables pequeñas lanchas motoras que limitan mucho la experiencia en los 1900 m2 en total. Pasan rugiendo y susurrando a tu lado. Aunque a un ritmo algo cómodo. Pero a diferencia de nuestra lancha, que es impulsada manualmente con un gran palo, sigue siendo rápida. Un par de veces tuvimos unos minutos de tranquilidad. Eso fue impresionante. Este silencio del que surge el canto de diversas aves es pura relajación. Y la acústica también combina con las plantas que crecen hasta el agua, los árboles cubiertos, los bosques de manglares y el verde exuberante. Está bien, hay una pequeña 'pero': las coloridas botellas de plástico, las botellas de cerveza Kingfisher, las piezas de poliestireno, etc. que flotan en este entorno natural, y no en pequeña cantidad, son un verdadero punto negativo. Simplemente no son conscientes de lo que están destruyendo; un tesoro increíble, un ecosistema único... Es una pena.
En una breve parada justo en un afluente pudimos ver el mar separado por un tramo de playa. Tan fuerte como es en nuestro hotel. Áspero y salvaje. Por tanto, el 'socorrista' tiene trabajo de sobra. Las familias indias que nos adelantaron en nuestro camino no saben nada. Los niños pequeños en calzoncillos (pañales) fueron llevados directamente al agua sin ningún miedo. Así que a veces sonó el silbato del guardia y entonces daban un paso atrás de la rompiente. Vaya...
Fue una gran excursión y un hermoso cambio de la vida en el hotel. Además, en el camino hacia el muelle descubrí tantas cosas. Desafortunadamente, algunas estaban un poco lejos del hotel y, por lo tanto, no son realmente accesibles a pie: hermosas iglesias, templos, tiendas, mercados, casas y mucho más colorido. Podría tomar fotos increíbles... Pero primero debo llegar a la puerta del hotel. Allí tengo que recorrer las decenas de tiendas y hacer que me ajusten 2-3 cosas. Pero hasta ahora me ha faltado el valor, o mejor dicho, la motivación: dejarme hablar en todas partes y al final discutir los precios con los comerciantes (realmente no se me da bien y por eso lo evito). Pero, como siempre, estarán informados en cuanto ocurra!
El concierto de flautas de anoche, por cierto, no fue en absoluto malo. Al contrario. Me senté al lado del restaurante en el suelo y escuché durante mucho tiempo a los 3 chicos de cerca y hasta grabé algunas canciones. Una pequeña panique me invadió con el anuncio del evento. Mis temores de que sería como en Basilea con esos horribles silbatos, esos tonos altos, el bullicio desenfrenado, resultaron ser infundados. ¡Uf!
Lo encontré muy apropiado y lo disfruté. ¡India pura!
En cuanto a las actuaciones musicales o algo así, tengo aquí una rica atmósfera de sonidos. ¡Si realmente te tomas el tiempo de escuchar! Hay un pájaro que destaca especialmente. ¡Suena como una rana! De verdad, sin broma. Nunca lo he visto. Porque siempre que me acerco, el bicho se queda callado y se vuelve invisible. Hmm! Pero también suena y zumba por todas partes.
Y también durante el masaje se escuchan muchas cosas: el susurro suave y femenino de las dos terapeutas, los animales afuera, el ruido suave de la estufa (que zumba como un secador en el nivel más bajo o más bien como nuestro microondas en Kriens? Bueno, al menos algo parecido), las otras terapeutas chismorreando afuera, el mar, etc. Aquí no hay completa tranquilidad. Ni siquiera durante el yoga. Porque ahí estamos aún más cerca del mar y el susurro tiene algo relajante. Hoy los jardineros alrededor tenían mucho trabajo. ¡Fueron literalmente a por las palmas! Sonrisa. Cortaron las hojas marchitas para que no cayeran sobre los invitados. Una buena idea. Ya es suficiente si me coloco SIEMPRE AL LADO de las palmas para que los cocos no caigan sobre mí. De vez en cuando, también se posaba un cuervo en el borde justo al lado de la maestra, observaba durante unos segundos y luego hacía su mejor esfuerzo en voz alta! De alguna manera encuentra interesantes las largas tortas de carne sobre las toallas de felpa de color naranja en el suelo. O nos está riendo. No lo sabemos. También suele ser ahuyentada para que podamos hacer los ejercicios en 'tranquilidad'.
La noche fue terrible..... despertándome cada 2 horas, pensando en Dios y en el mundo, luego volviendo a caer en un sueño y luego volviéndome a despertar. Así que, sinceramente, no fue muy reparador.
Esta mañana hubo el mismo programa que ayer. La nariz ya se siente mejor y por primera vez pude siquiera oler lo que estoy comiendo o lo que Ajitha me está untando en el cuerpo o dejando caer en mis ojos y fosas nasales. Pero también la medicina... ¡qué asco! Amargo en la lengua y horrible en la nariz.