Publicado: 26.12.2016
Al llegar a la playa, nuestras maletas fueron llevadas al hostal y pasamos algunas horas en el malecón. Luego nos dirigimos a nuestro hostal, un poco apartado. Nos recibieron con mucha calidez, nos acomodamos y disfrutamos de la piscina.
El día siguiente fue igualmente muy relajado. El dueño del hostal, Diego, nos invitó a unas cervezas y estuvimos conversando y escuchando música. Por la noche, fuimos brevemente a la ciudad para comprar algunos recuerdos y cenar. De regreso, conocimos a tres franceses con quienes charlamos un poco. Más tarde, hicimos una fogata con Diego y su amigo y disfrutamos de unos vasos de la bebida tradicional Chilcano, que se elabora con el Pisco local. Fue una noche muy divertida en la que permanecimos mucho tiempo junto al fuego.
A la mañana siguiente, regresamos a Lima en autobús. Hicimos algunas compras en el supermercado abarrotado y nos dirigimos a la agradable familia que nos invitó a celebrar la Navidad con ellos.