Publicado: 06.03.2017
Desde nuestro albergue, nos recogieron en bus para una excursión al Cabo Reinga. Fuimos recibidos por un conductor de autobús extremadamente animado que entretuvo a los pasajeros que ya estaban sentados.
Nuestra primera parada nos llevó al Bosque Manginangina y un pequeño sendero donde pudimos admirar los milenarios árboles mamut.
Continuamos en el autobús y tras un largo viaje, llegamos a la Playa de 90 Millas. El autobús circulaba directamente por la playa y pudimos disfrutar de la vista. Durante una breve parada, pudimos satisfacer la necesidad de capturar este hermoso momento con la cámara.
De paisajes interminablemente verdes con caballos salvajes, llegamos rápidamente a las dunas de Te Paki - ¡la llamada del sandboarding!
Después de una extenuante subida bajo temperaturas desérticas, nos lanzamos con la tabla por la arena hacia abajo. Más de 2 ascensos no eran posible para nuestra condición física. La arena ya se pegaba a todas las partes de nuestro cuerpo.
Y entonces llegó el momento, muy buscado, muy esperado: el Cabo. Al menos tan hermoso como en Internet.
Nos faltan las palabras para describir este lugar. Desde un verde exuberante hasta un azul profundo del mar, una inmensidad interminable y océanos que chocan entre sí - este lugar tiene algo mágico. Uno se siente dividido entre llenar la tarjeta de memoria de la cámara o dejarla a un lado para disfrutar de la singularidad de este lugar.
Conclusión: ¡Nos ha atrapado la fiebre de Nueva Zelanda!😍