Publicado: 07.07.2019
¡Han pasado tres semanas! Esta mañana nos despedimos de la granja y de sus residentes humanos y animales, así como del hermoso Valle de Schnals.
Y nos costó realmente mucho. Hemos vivido juntos como una gran familia durante tres semanas, trabajando juntos, comiendo juntos, contando muchas historias... Y los dos hijos de Magdalena y Manuel han crecido realmente en nuestros corazones. Aunque a veces había mucho bullicio, también fue bonito sentarse en la mesa con los dos pequeños, jugar y reír... A veces también estaban los dos medios hermanos de Manuel, amigos o familiares ayudando, Andi por supuesto. Así que siempre había algo sucediendo en la granja, ningún día era igual y en realidad nunca fue aburrido.
Me impresionó profundamente cuánto y sobre todo cuán naturalmente se trabaja aquí y cuán naturalmente nos acogieron. Y cómo pudimos adaptarnos de manera sencilla a un 'sistema' predominante, a un ritmo diferente. ¿Quizás porque trabajar juntos conecta de una manera diferente?
El trabajo físico también nos hizo bien. Experimentar cuán resistente uno puede llegar a ser, cuánto puede lograr, que puede ser satisfactorio ver un campo limpio. Pero también darse cuenta de sus propios límites, porque los chicos mueven un montón de heno mucho más fácilmente que uno mismo. ¡Estar tan cansado por la noche que no se tiene más ganas de hacer ejercicios de pilates! 😉
Extrañaré de verdad la tranquilidad, la vista y estar mucho tiempo al aire libre. A pesar de todo el calor del verano, siempre era agradablemente fresco por la tarde en la altura. Aparte del ventilador para el heno y las campanillas de las vacas vecinas, no se oía mucho. Fue realmente hermoso.
Además, tuvimos una vista especial el viernes por la mañana. Manuel había pedido un vuelo en helicóptero, que debía llevar 600 kg de sal a sus cabras a 2.600. Y como siempre primero se vuela a un asistente de vuelo, quien baja la carga y en el helicóptero pueden caber '5 pasajeros', ¡podíamos ir con!!! ¡En 5 minutos 1000 metros de altura! Ya era sensacional estar de repente en la cima de la montaña y mirar alrededor. Eso se tiene que ganar difícilmente de otra manera. Y luego el helicóptero volvió por nosotros en picada, donde de otro modo se habría caminado seguro 2,5 horas. ¡Una acción realmente genial!