Publicado: 29.09.2019
En nuestro camino hacia Gaspe, hacemos una pequeña desviación hacia un lago en lo profundo del bosque. Una zona idílica.
Al llegar por la tarde a Gaspe, nuestra habitación en el Hotel Baker aún no está lista. Así que seguimos nuestro camino hacia el Parque Nacional Forillon. Las nubes cuelgan bajas en las montañas.
Delante de nosotros, al borde de la carretera, aparece algo negro que resulta ser un puercoespín. Se deja molestar por nosotros mientras come y solo levanta sus espinas en señal de advertencia.
El Hotel Baker ofrece una buena vista de la bahía. Las habitaciones son amplias y el restaurante ofrece, entre otros, platos de pescado muy sabrosos. Sin embargo, hay margen de mejora en el servicio.