Publicado: 29.09.2019
Ante nosotros hay aproximadamente 300 kilómetros de viaje diario y siempre nos alegra haber elegido un auto tan grande.
El trayecto nos lleva a través de bosques coloridos, cuyas hojas brillan al sol en todos los colores. Grandes señales nos advierten sobre la presencia de alces. Podemos ver uno en un camino forestal. Sin embargo, hasta que logramos girar el auto en la carretera, el alce ya se ha ido.
En Cambelton atravesamos el puente sobre el río Restigouchi. Salimos de la provincia de New Brunswick y llegamos al otro lado en la provincia de Quebec. A partir de ahora se habla francés y el reloj se retrasa una hora. Aprovechamos esos 60 minutos ganados para un picnic.
Siguiendo siempre la costa, llegamos a nuestro lugar de alojamiento, Saint Simeon. Allí somos recibidos calurosamente por Marie-Josée en su hospedaje La Ruelle. Este pequeño hogar es increíble: una decoración y exteriores espectaculares.
Antes de que se ponga el sol, seguimos la recomendación de Marie y visitamos un pequeño lago. En el camino, vemos ciervos de cola blanca y, a cierta distancia, un coyote. Luego, disfrutamos del hermoso ambiente en la casa con vino tinto canadiense.