Publicado: 10.04.2023
Después de un buen desayuno, nos dirigimos al aeropuerto a recoger el coche de alquiler. No tardó tanto como esperábamos y también recibimos el auto compacto solicitado.
Con un poco de dificultad con el embrague pero sin problemas con la conducción por la izquierda y sin muchas paradas, nos dirigimos a Galway.
Al llegar, la primera sorpresa: debido a un festivo, el aparcamiento en la catedral es gratuito. Tanto el Domingo de Pascua como el Lunes de Pascua.
La segunda sorpresa: estaba lloviendo, no solo un poco, sino un poco más.
La tercera sorpresa fue nuestra alojamiento, en medio de la zona peatonal y en una casa de la que pensé que nunca podría escapar. (Pero lo logré, volveré.)
Ahí nos refrescamos un poco, vimos un poco de balonmano y nos pusimos al día de la cultura de la ciudad.
Así fue como decidimos caminar una vez más hacia la fachada de la casa Lynch bajo la lluvia. Aquí, James Lynch Fitzstephen ahorcó a su hijo después de que este confesara el asesinato de un español. El mismo James Lynch Fitzstephen fue el que dio origen a la palabra 'lynchar'.
Otras menciones históricas en Galway son las estatuas de Oscar Wilde y Eduard Vilde (escritor estonio), así como la Galway Girl.
Al día siguiente, nos dirigimos del lluvioso Galway hacia el norte en dirección a la península de Connemara. Acompañados de ovejas en la carretera, paredes de piedra y arbustos de ginebra por doquier, también de vez en cuando se dejaba ver el sol.
Una de las primeras paradas fue la Abadía de Kylemore (más sobre esto aquí), que, sin embargo, con el mal tiempo y 16€ de entrada, no valía la pena una mirada al interior y al terreno exterior. Aun así, había una bonita vista. 😊
Continuando por el Wild Atlantic Way, la ruta nos llevó siempre a lo largo del Atlántico, con pocas personas o aldeas. Una que otra casa y mucho, mucho viento - y ahora también caballos en la carretera.
Lo que también se puede encontrar aquí es el Memorial Alcock y Brown cerca del lugar de aterrizaje del primer vuelo transatlántico sin escalas en 1919.
Pero ya basta de historias, hemos visto muchas, muchas, realmente muchísimas ovejas. Pocas personas. Mucha naturaleza increíble. Y una deliciosa chowder (sopa cremosa de mariscos).
La noche no fue larga. El despertador sonó bastante temprano (para nuestros estándares)....