Publicado: 17.11.2021
Pasé más de 5 semanas en Portugal y fue un tiempo genial. Pero también era hora de un nuevo país. El último día antes de la frontera fue súper agotador. 27 km, hermosos caminos costeros, pero se hizo largo. Por suerte, no caminé el día solo, sino con un nuevo amigo. Parte de mi nueva familia del camino. Fue muy importante y beneficioso para mí tener tanto tiempo a solas. Haber caminado solo durante tantos días y semanas. Tuve tiempo para mí, mis pensamientos y deseos. Pero también me di cuenta de que en algún momento se hacía solitario. Porto fue, por lo tanto, una muy buena estancia para mí, finalmente volviendo a conocer gente. Pero también sabía que más personas iban de peregrinación a Santiago desde Porto, y que iba a conocer a más personas. Eso fue bueno.
Mi nueva familia del Camino es un grupo divertido. Paso mucho tiempo con una chica alemana de mi edad y una mujer búlgara en sus 50. Además, 3 hombres que viajan juntos y siempre mantienen las cosas animadas, los 3 trabajan en Ibiza. 2 checos también siguen apareciendo y vienen a cenar con nosotros. Nos gusta charlar con el roncador Tom en el camino, pero siempre estamos contentos cuando él duerme en otro alojamiento. La simpática chica italiana desafortunadamente tenía prisa y ya nos está esperando en Santiago. Luego hay muchos otros a quienes conoces brevemente o saludas en varios lugares y luego sigues adelante. A menudo caminamos solos durante el día o en grupos pequeños y pasamos nuestras tardes y noches juntos. Siempre hay muchas risas, charlas y cantos durante este tiempo. Y cuando estás en el camino con dos chefs, y una buena cocina por una vez, también puedes aprovechar la oportunidad de que te cocinen.
Cruzamos a España en barco. El camino aquí también es hermoso, el inglés desafortunadamente se habla menos, pero entiendo mejor el español. Comemos tapas y bebemos sangría, pero nuestro horario sigue siendo un poco desajustado. O llegamos demasiado tarde o demasiado temprano para las comidas españolas y de alguna manera siempre tenemos hambre.
Me he reído tanto en las últimas semanas. Es mucha comedia situacional porque a menudo pasas por muchos cambios de ánimo en un día de senderismo así. Uno de los momentos destacados fue cuando la mujer búlgara compró 500g de fruta seca por error y luego comentó 'Mierda, tengo que cargar estas cosas mañana, ¿quieres algunas?' O cuando el día no terminó por la variante 'espiritual' y ella simplemente dijo 'Chicas, no me sentí espiritual en absoluto, solo estaba como joder esto, ¿dónde está este maldito albergue?'. También empezamos un 'juego' donde siempre comenzamos a cantar una canción con las últimas palabras. Por ejemplo, un ejemplo recurrente 'Veo la señal'... Todos: 'Vi la señal...'. Así que al final es más agradable caminar en compañía, y siempre puedes tomarte tiempo para ti mismo si lo deseas.