Publicado: 29.02.2020
Niebla y claros alternan. Nos maravillamos una vez más por la destreza y la creatividad de los Incas. Los enormes bloques de piedra fueron levantados con esfuerzo por cientos de personas usando rodillos y cuerdas. También aquí, las piedras de la pared están encajadas sin mortero de manera precisa. Había agua potable y baños, un sistema autosuficiente a través del cultivo en terrazas y, especialmente asombroso, rituales de sacrificio a 6000 metros de altura; para la ardua subida, los Incas solo disponían de calzado muy básico y ropa tejida a mano. También disfrutamos de las espectaculares vistas hacia el valle de Urubamba... junto con algunos otros turistas😳. Gracias a la limitación de visitantes con boletos reservados, este lugar especial no estaba abarrotado. Apenas conseguimos llegar secos al autobús; al llegar a Aguas Calientes, llueve a cántaros. No importa, el próximo café, situado justo al lado del agitado río Urubamba, tiene un delicioso pastel de chocolate 😋.