Publicado: 05.01.2018
ACTUALIZACIÓN más abajo.
Nos estamos acercando al territorio de la Federación Rusa y actualmente asumimos que se nos permitirá la entrada. Sin embargo, como no hay roaming de datos gratuitos allí, el blog se pausará hasta que encontremos una conexión a Internet gratuita.
Al mediodía llegamos a la frontera. El papeleo necesario resultó ser más complicado y laborioso de lo esperado. Otro obstáculo fueron las deficientes habilidades en inglés de los funcionarios de aduanas. Sin embargo, compensaron esta falta con su amabilidad. Pasaron aproximadamente una hora y media hasta que se completaron todos los trámites. La verdadera revisión del vehículo se realizó en menos de un minuto, ya que el inspector no quiso trepar a nuestro techo y simplemente nos dejó pasar.
La búsqueda de un lugar para dormir no fue tan fácil como en los últimos días. Aunque la carretera federal se desviaba muchas veces directamente hacia caminos de campo muy irregulares, generalmente después de unos pocos metros había una valla de alambre de púas o un pequeño puesto de vigilancia con un bosque de letreros en cirílico. Tras varios intentos fallidos, regresamos a una área de descanso y buscamos allí un rincón apartado. Por la tarde, un amable hombre ruso inesperadamente llamó a nuestra ventana y nos explicó a través de Google Translate que debíamos pagar 150 rublos, equivalentes a aproximadamente 2€ por la noche.