Publicado: 19.10.2019
El 17 de octubre hicimos una pequeña parada en el рынок (= mercado semanal) antes de nuestra visita al teatro. Allí se encuentra todo lo que el corazón y, sobre todo, el estómago desea. Por ejemplo, se pueden comprar diferentes tipos de carne; miles de especias; diversas variedades de tés; frutas y verduras frescas; productos horneados tradicionalmente rusos, como лаваш (= Lavash, un tipo de pan plano) y пирожки (= Pirogen) y peces vivos y cangrejos de grandes acuarios. Quien quisiera algo dulce, podía comprar chocolates en muchas variaciones en el segundo piso, justo al lado de un bonito puesto de café.
Después de que todos llenaron sus estómagos, fuimos juntos al teatro para ver el Cascanueces como ballet.
El ballet es una parte inseparable de la cultura rusa. También lo notamos en nuestra visita al “ Театр Оперы и Балета” (= Teatro de Ópera y Ballet). El público estaba compuesto por personas de todas las edades. Desde chicas muy jóvenes, que preferirían haber bailado, hasta los abuelos más mayores.
El escenario era impresionante, variado y mantenido en un estilo muy clásico. Hubo muchos cambios entre las diferentes escenas, lo que hizo que el ballet fuera aún más visual y cautivador. También se dedicó mucho esfuerzo en los trajes.
Algo inusual fue que durante el ballet se aplaudía a menudo y mucho, y los bailarines eran incluso animados rítmicamente por el público al son de la música. También es algo que en Alemania no se conoce, poder entregar un ramo de flores a los bailarines al final de la representación si te ha gustado especialmente.
Un ballet ruso definitivamente merece la pena y es prácticamente una obligación si alguna vez estás en Rusia.
Katharina Wolf