Publicado: 05.05.2017
Tomamos un autobús de Nicaragua a Liberia donde supuestamente nuestro coche de alquiler debería esperarnos, sin embargo (no sabemos por qué) hubo un pequeño error en la reserva y no pudimos recoger el coche hasta el día siguiente (o pagar 100 dólares por un día...). Así que nos alojamos en un hostal/hotel apartado o lo que fuera, por una noche, para al día siguiente finalmente salir con nuestro coche de alquiler en dirección a Samara.
Allí teníamos un acogedor hostal a 100 metros de la playa, con un árbol de mango en el jardín que dejaba caer de manera confiable 2-3 mangos cada hora, un lujo total :-). La única desventaja era que aquí a las 10 de la noche todas las luces se apagaban y te dejaban prácticamente a oscuras. En sí, no es un problema, si no hubiera comenzado a llover fuerte cada noche, lo que hacía que no pudiéramos salir del hostal.
Por eso decidimos después de 2 noches y diversas excursiones a diferentes playas, así como una pequeña visita a Rainer (¡cuidado, insider!) continuar nuestro camino hacia Santa Teresa.
Como a veces ocurre en los viajes, mientras cargábamos el coche, Garreth nos preguntó a dónde íbamos y ¡de repente nuestro coche estaba lleno! Mary, Katy y Garreth se unieron a nuestro roadtrip hacia Santa Teresa y como la pasamos tan bien decidimos compartir un apartamento de Airbnb entre los 5, en lugar de alojarnos en un hostal.
Así pasamos los siguientes días en un acogedor apartamento, a unos 200 metros de la playa, disfrutando de conversaciones divertidas, mucha música, un día de ver a hombres, una noche de chicas que incluyó baile de salsa, alguna que otra cerveza y, exactamente, un atardecer. Porque también aquí no estábamos a salvo de la lluvia, por lo que no tuvimos tanto tiempo de playa como queríamos y por eso estábamos doblemente contentos con el apartamento.
El tiempo voló y al menos logramos hacer una excursión a Montezuma para ir a la playa y a las cascadas, que gracias a la lluvia tenían agua (en nuestra viaje ya habíamos tenido otras experiencias...).
Desde Santa Teresa, nuestro roadtrip pasó momentáneamente a ser 4, ya que llevamos a las chicas a Monteverde antes de pasar 2 días más en Jaco y sus alrededores.
Jaco es una ciudad de fiestas en la temporada alta y además tiene algunas playas increíbles alrededor. Lamentablemente no pudimos disfrutar ninguna de ellas en todo su esplendor, ya que estaba nublado o llovía.
Aprovechamos el tiempo y también un poco la frustración que poco a poco se iba acumulando por el clima, para reflexionar sobre el clima y el final de nuestro viaje.
Nuestro problema es que lamentablemente comenzamos 3 semanas más tarde de lo planeado y ahora estamos en plena temporada de lluvias, lo cual, por supuesto, no formaba parte de nuestro plan. Queríamos al final buen clima, sol, playas y simplemente no querer hacer mucho. Podríamos decir que queríamos finalizar nuestro viaje con 10-15 días de vacaciones, lo cual no resulta muy divertido con lluvia.
Así que decidimos tirar nuestros planes por la ventana y no viajar a Panamá, en su lugar, ¡decimos: México allá vamos!
La anticipación después de la reserva fue/is increíble y la lluvia las siguientes días ya no nos molestó tanto, ya que sabíamos que solo era cuestión de tiempo para tener buen clima de nuevo.
Para finalizar nuestra visita a Costa Rica, queríamos hacer una caminata hacia el Volcano Brava (incluyendo 2 lagunas), pero solo alcanzamos la primera laguna. En el camino hacia la segunda laguna, la lluvia (una tormenta más fuerte) nos estropeó el plan nuevamente.
Pero al menos estuvimos un poco en la selva y tuvimos una hermosa y empapada experiencia de senderismo de 4 horas que definitivamente no queremos perder.
Ahora solo queda devolver el coche y al día siguiente irnos al aeropuerto y de ahí a Cancún.