Andreas
Gut, dass Du Deinen Lifeguard dabei hast...Publicado: 30.10.2019
De Concordia a NP El Palmar
En la plaza de los pescadores estamos seguros y cómodos, pero aquí tampoco la lluvia puede evitar que los caminos se empapen y tengamos que empaquetar nuestras sillas de camping a medianoche para que el viento no las lleve. Por la mañana, el césped está bajo el agua, pero qué se le va a hacer, nos vamos.
Primero visitamos una ruina de castillo, pues un conde francés hizo construir una mansión desde 1880, después de haber ganado mucho dinero con la carne salada y la producción de jabones. Cuando desapareció, la casa pasó a diferentes propietarios, entre ellos un buen viejo conocido que estuvo aquí brevemente, el escritor Antoine de Saint-Exupéry, conocido por la historia del pequeño príncipe. Por cierto, se desempeñó como piloto para el correo aéreo. ¿Lo sabía?
La aventura continúa en el Parque Nacional El Palmar, un refugio para las palmeras Yatay, que alguna vez formaron esta “tierra de dos ríos”, ya que eso es lo que significa el nombre de la provincia de Entre Ríos (entre los ríos). Sin embargo, la agricultura y el sobrepastoreo han desplazado a las palmeras y con la creación del parque en 1966, las palmeras están protegidas. Aquí encuentran refugio animales que de otra manera tendrían pocas oportunidades de sobrevivir, como el carpincho, los nandu, el oso hormiguero, diversos pájaros coloridos e insectos. Hoy caminamos hacia las ruinas y la playa. Evidentemente, los misioneros aquí hicieron de las suyas y más tarde se extrajo cal. El sendero atraviesa la jungla prácticamente impenetrable, pero después de las intensas lluvias debemos prestar atención al suelo y no a las serpientes arbóreas verdes en las copas. Pero no se preocupen, somos un bocado demasiado grande.
En la playa, por cierto, no podemos hacer fuego, no podemos acampar, no se permite talar madera y no se puede nadar sin salvavidas. La vida puede ser tan hermosa. Al menos no se nos prohíbe el trago de comunión por un cartel. En la plaza hay ambiente, grupos de jóvenes niños acampan aquí en tiendas de campaña y viejos vagones de tren.
Un cordial saludo a todos y un hermoso fin de semana prolongado les desea Frank y Regina.