Publicado: 29.08.2017
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Tomé un vuelo de dos horas a Krabi, lamentablemente no pude escalar en Railay como había pensado ni nadar y bucear. Sin embargo, decidí partir hacia Ko Phi Phi (pronunciado Ko Pi Pi), la cual me recomendaron como la isla más hermosa del sudeste asiático.
Me levanté temprano por la mañana para escapar, en la medida de lo posible, de la masa de turistas en la vecina isla deshabitada. Realmente es mágico, aunque no estuviera tan sucio.
Los siguientes tres días llovió fuertemente. Pasé el tiempo en mi propio bungalow recuperando el sueño. Durante la noche, los monos causaron estragos y dejaron un desorden en la veranda (detalles omitidos).
Camino por la selva y disfruté de la magnífica vista del atardecer. Casi me perdí en la noche. Unos perros ladradores me siguieron en la oscuridad total.
Conocí a una amable pareja de Gdansk y me recordó el deseo que tenía hace 12 años de viajar a Polonia.