Publicado: 16.09.2023
Al llegar a Nago, me pregunté si estaba realmente listo para otra ciudad.
Sin embargo, Nago resultó ser una decisión realmente maravillosa.
Después de disfrutar de pescado en una Iakaya y de llegar al hostel - Usuman hostel - ya en la oscuridad, también conocí aquí a una maravillosa persona amante del viaje. A él no solo le interesa el brutalismo; él se sumerge en ello, tiene libros de imágenes y es conocido en revistas, donde le preguntan si puede mostrarles a los turistas más sobre el brutalismo.
El hostel estaba tan cerca de la playa que disfruté del amanecer allí (te digo, Nago fue una buena decisión) y luego, más tarde en el día, tomé el bus a los arrecifes de coral, que hicieron mi día más colorido. Practicar esnórquel sin un buen equipo es muy agotador. Después, volví a Nago: al bus y de regreso a Naha.
Hay un curso de karate en el programa - debería ser al día siguiente - así que regreso a la hermosa ciudad en el sur de la isla. La ciudad donde también comenzó mi viaje en Okinawa.