Publicado: 12.07.2019
Ahora es momento de dejar Oslo y continuar nuestro camino. La ciudad, con sus 634,000 habitantes, ofrece mucho y nos gusta bastante. La gente es amable y nos da consejos amigables. Desafortunadamente, también vemos a mendigos, en su mayoría de origen extranjero. La ciudad es muy cara. Creíamos que Copenhague era cara, pero Oslo la supera por mucho. En particular, los alimentos son costosos. Un plato cuesta entre 15 y 25 euros por persona. Y eso puede ser bastante dinero para 4 personas. Intentamos mantener las cosas bajo control.
Después de algunos problemas iniciales con el aparcamiento subterráneo, ya que la sistemática con la tarjeta de crédito es un poco confusa, logramos salir. El costo de la opción de aparcamiento es de 100 euros por los 3 días. A cambio, el hotel está justo en el centro y ahorramos en transporte público.
El centro de la ciudad está sorprendentemente vacío debido a muchas restricciones para los conductores. Así que después de unos minutos estamos fuera de la ciudad y en dirección suroeste. Utilizamos la autopista E18. Alrededor del mediodía hacemos una parada en un lago y comemos un refrigerio allí.
El paisaje se caracteriza por muchos bosques mixtos con lagos o fiordos. Alrededor de las 3 p.m. llegamos a Tvedestrand. El pequeño lugar junto al fiordo está formado por casas de madera blancas, que se extienden por el lugar en diferentes niveles. Paseamos por las calles hasta el puerto. Allí hay mucho movimiento tanto en el agua como en tierra en las cafeterías. El lugar es un pueblo de libros, que alberga 20 librerías de segunda mano. En más de 7.5 kilómetros de estanterías se ofrecen más de 300,000 libros. El pequeño lugar es agradable de ver y después de 1 hora de recorrido volvemos al auto. Listos para la última etapa hacia Faervik, al Island Guest House. Un Bed & Breakfast con vista al fiordo. Nos reciben calurosamente y nos muestran nuestra habitación. La habitación es pequeña, pero suficiente para una noche. Erik duerme un poco más alto en el ático en un pequeño rincón. Está encantado. Inmediatamente aprovechamos la pequeña piscina caliente afuera. Los niños chapotean con alegría. Luego, preparo la cena y terminamos el día con un cidra.