Comenzamos el día con una caminata hacia la cascada. El camino va a lo largo del río torrentoso. Después de 1.5 kilómetros llegamos a las cataratas. Tiene mucha agua. La fuerza del agua es impresionante. Después de una breve pausa, emprendemos el camino de regreso. Tras aproximadamente 1 hora llegamos al autocaravana y nos dirigimos al Joffre Lake Park. Allí comenzamos una caminata hacia el lago de montaña. Nos toma 1 hora y 10 minutos recorrer los 3.6 kilómetros con un ascenso de 250 metros de altitud. La caminata es exigente, ya que estamos constantemente subiendo, pero somos recompensados con una vista espectacular. Lo llamativo de los Joffre Lakes es el color especial que se produce por el lodo de la Era Glacial. El lodo también se conoce como rock flour o glacial flour. Está presente en el agua y refleja la luz del sol, creando un color azul verdoso. Así, la imagen del lago, los árboles y las montañas nevadas al fondo forman un telón de fondo muy hermoso. Aún existe la posibilidad de caminar otros 100 metros de altitud hasta otro lago de montaña, pero decidimos no hacerlo. La subida es muy agotadora. Después de una pausa, nos damos la vuelta. La bajada tampoco debe subestimarse. Estamos orgullosos de nuestros hijos, ya que completaron toda la caminata sin incidentes. Alrededor de las 3 de la tarde, dejamos el estacionamiento y necesitamos una hora para llegar a Lillooet. En el camino, seguimos la carretera a través de bosques, ríos, lagos y montañas. Lillooet es un pequeño pueblo fundado en 1858 durante la fiebre del oro. Visitamos el pequeño museo con muchos objetos del pasado. Cerca de allí se encuentra nuestro campamento justo al lado del torrente Fraser River. Durante la cena, vemos varios águilas calvas volando sobre las montañas, así como ciervos.