Publicado: 10.04.2023
09.04.2023
Lluvia, lluvia, lluvia \u2614e0f.
Como los iniciados (y nosotros ahora también) saben, el paraguas es uno de los utensilios más importantes que debes llevar en un viaje a Vancouver. Porque junto con Seattle, que está a un salto de gato en relación con las condiciones locales, la ciudad es una de las más lluviosas de la costa del Pacífico norteamericana.
Por suerte, aquí los hoteles están muy bien preparados y te proporcionan suficientes paraguas. \ud83d\ude0a\u2614\ufe0f
Después de una noche de jet lag muy mediocre con aún menos sueño, nos dirigimos temprano al 'Tableau', un restaurante de desayuno de estilo francés, con un desayuno muy bueno y muy caro \\ud83e\\udd23. Sin embargo, todavía tenemos que acostumbrarnos a los precios locales.
Después de un pequeño descanso, tomamos un Uber hacia el maravilloso Mercado Público de Granville, un mercado cubierto con innumerables puestos de comida de los más variados países. Un lugar magnífico. Especialmente cuando "está lloviendo a cántaros" \\u2614\ufe0f. Con la ayuda de Aqua-Bus y Uber, regresamos al hotel para pasar el resto de la tarde lluviosa viendo el Masters \\u26f3\ufe0f en nuestro cuarto en el 19° piso.
Y dado que el golf hace que uno tenga hambre \\ud83e\\udd23, por la tarde visitamos el restaurante y bar 'The Keg', donde primero brindamos por el 108° cumpleaños de mi padre y segundo nos dieron unas porciones que subestimamos completamente y por eso decidimos dar un paseo más largo por la costa, antes de regresar al Paradox Hotel, que, por cierto, es el segundo edificio más alto de Vancouver. Ah, por cierto... no llovió durante eso \\u26c5\ufe0f\\ud83d\ude09\\ud83d\udc4d\ud83c\udffb