Publicado: 21.07.2022
Después de un abundante desayuno, fui primero a ver a unos conocidos armenios. Allí había aparcado la furgoneta en junio. De hecho, todavía estaba en la misma esquina y arrancó muy bien. Según pude notar, parece que la habían estado haciendo funcionar durante mi ausencia, la mancha negra debajo del escape indicaba intentos de encendido y calentamiento extremadamente 'profesionales'. Como se supo más tarde, durante mi ausencia, la furgoneta había cumplido con alguna que otra misión de transporte.
Después de una pequeña charla en el patio de mis conocidos y de un recorrido por el terreno, llevamos la furgoneta al hotel y después nos dirigimos al Devine Underground de Levon. Es un pequeño museo privado en las afueras de Ereván.
Levon era un hombre que debía construir un pequeño sótano de papas para su esposa. Una vez que empezó, no pudo parar. Así fue como, en 23 años de construcción, creó un sistema de cuevas de unos 21 metros de profundidad, el cual realizó completamente solo con martillo y cincel. Después del trabajo, a menudo pasaba siete horas diarias trabajando en ello, frecuentemente solo dormía tres horas.
Estaba convencido de que un día muchos visitantes vendrían a admirar su obra y pagarían por la entrada. En 2000 abrió y en 2009 falleció a los 67 años. Trabajó en ello hasta el final de su vida.
Su familia nunca creyó en su idea y, por lo tanto, no le ayudaron, lo cual nos contó con franqueza la hija presente. Hoy su familia gana buen dinero con las entradas y la venta de varios trabajos manuales, etc. Cada día llegan muchos visitantes. ¿Cuál es ahora la moraleja de la historia?
Por la noche volvimos a Ereván a cenar y luego pasamos una hermosa velada con mis conocidos armenios. Había una variedad de deliciosos aperitivos y vodka de botellas de vino clásicas. Muy discreto, buena idea...
Fue una noche maravillosa...
Hoy solo recorrimos nueve kilómetros, pero también está bien.