Publicado: 28.09.2024
¡Buenos Aires es simplemente increíble! Con 14 millones de habitantes en la zona metropolitana, es una ciudad interminable: cada 3 argentino vive aquí. La ciudad, en la desembocadura del Río de la Plata, respira tanta historia: Evita, Tango, Maradona, la dictadura militar, y ahora sede del presidente con la motosierra, Mileil. Después de décadas de declive, se espera que un duro tratamiento neoliberal traiga el cambio. Sin embargo, más del 50% de la población vive bajo el umbral de pobreza. El oscuro túnel, sin embargo, promete llevar a la luz, dice el presidente…
Muchos tramos de calles recuerdan a Nueva York, aunque Buenos Aires también es culturalmente conocida como la París de Sudamérica.
¡Estoy muy positivamente sorprendido! La ciudad me gusta mucho. ¡Pensé que iba a encontrar un monstruo apestoso, un paisaje de asfalto abarrotado y sin encanto! ¡Gran error!
Dependiendo del barrio, las calles cambian, aunque, como en muchas ciudades, hay un patrón de tablero de ajedrez fijo. ¡Las distancias son realmente gigantescas en autobús y metro!
Desafortunadamente, solo tenemos 2,5 días - y debemos emprender una gira por las principales tiendas de artículos al aire libre, ya tenemos un desvío hacia Patagonia programado.
Sin embargo, todavía hay tiempo para una vuelta por el corazón político: Congreso, Plaza de Mayo y Villa Rosada (La sede del gobierno - la villa rosa debe su nombre a una pintura de cal con sangre de res)
¡La visita al Palacio Barolo es un absoluto destacado para nosotros! El espléndido edificio de oficinas fue diseñado y realizado por el inmigrante italiano y gran empresario Barolo según la Divina Comedia de Dante. Con 100 metros de altura, los 22 pisos se dividen en Infierno, Purgatorio y Cielo. Además, en el techo hay un faro propio. ¡A su finalización en 1923, fue el edificio más alto de toda Sudamérica!
Al día siguiente, estamos en una gira de arte urbano en los barrios Palermo Hollywood y Palermo Soho - la gentrificación ya ha avanzado mucho aquí, un cappuccino en un vaso de poliestireno cuesta 5 €. La gira de grafitis nos parece un poco superficial y solo a lo largo de la visita vemos algunas obras de calidad artística y técnica.