Publicado: 02.11.2024
Después de una semana sin golf, hoy comenzamos la 7. ronda en nuestro campo local Golfclub d’Aro.
A las 9:33 tenemos tee time. No hay nada más hermoso que comenzar el día en el campo de golf 😉 Este mañana también había un encanto especial sobre el campo: la hierba brillaba con el rocío, y entre las nubes los primeros rayos de sol rompían a través de los árboles. Prometía ser un día de golf perfecto.
Sin embargo, comenzamos solo dos, ya que nuestros compañeros de golf se retrasaron y llegaron solo al hoyo 2.
El inicio fue algo complicado. No sentía que todo encajara hoy. Jugar a golf es tan técnico que requiere un juego consistente y mucha práctica. Una semana sin golf afecta inmediatamente mi juego. ¡Lamentablemente!
Mis salidas fueron particularmente buenas al principio, pero eso lamentablemente cambió para mal a lo largo del juego. Hoy también hubo desafíos: los bunkers, que estaban muy duros por la lluvia, casi me llevaron a la desesperación.
Nuestro campo, el Golf d’Aro, tiene esos rincones y detalles especiales que lo hacen particularmente desafiante. Los greens, que a menudo son grandes, o el hoyo 6, el hoyo más difícil, una pendiente, una subida y un gran bunker frente al green, que desde el tee casi no se ve a primera vista, y que siempre trae sorpresas. ¡Hoy, sin embargo, todo salió bien!
Además del juego, disfrutamos de la naturaleza alrededor del campo. Hoy llegué al hoyo trece y vi de nuevo dos tortugas tomando el sol.
Aunque no pude jugar mi handicap hoy, disfruté de la ronda y del sol al máximo. Sobre todo, avanzamos rápidamente hoy y aún tuvimos tiempo para disfrutar del sol en la terraza del