Publicado: 24.01.2017
El segundo día también fue muy relajado y, al principio, poco espectacular, ya que el Golfo de Penas, conocido como "Golfo de los Sufrimientos", estaba más tranquilo que en años, según informó el capitán. Entre las comidas leí mucho y mantuve la charla habitual. Durante eso, conocí a dos ingleses, Bob y Anthony, que han estado viajando por aquí durante un mes y quieren ir a Ushuaia, la ciudad más austral del mundo. Bob vivió muchos años en Australia y me dio buenos consejos para un posible viaje a Australia.
También fue interesante conocer a una pareja de Bamberg (Peter y Birgit), que están recorriendo Sudamérica en un Unimog durante 3 meses (lo hacen cada año, y el Unimog se queda siempre en Montevideo, Uruguay, durante ese tiempo). También aquí había cosas emocionantes que escuchar, especialmente sobre los países vecinos, Bolivia y Argentina.
Cada conversación traía nuevas perspectivas y cosas emocionantes; mis conocimientos lingüísticos valían oro en el barco...
Además, había vistas, entre ellas el barco hundido Captan Leonidas, que un capitán de Uruguay encalló en 1968 y que desde entonces no se ha movido ni un milímetro, a pesar del viento y el clima. Si miras de cerca, puedes ver vegetación y aves en el naufragio....
El clima patagónico también mostró su mejor cara por la tarde, con viento y clima... y cómo la tripulación manejó el primer punto crítico de un ancho máximo de 200 m (que es aproximadamente el del Meno) fue realmente asombroso... se podía ver la concentración de la tripulación.
Ya por la tarde, continué conociendo gente (la falta de conexión permite esto, más sobre esto más tarde), y al hacerlo me di cuenta de que el mundo es realmente pequeño.
Entre otros, había un cirujano de Weilburg que viaja con su hija, que vive en Ludwigshafen y conoce algunas de las guarderías que hemos construido, y un holandés que, por casualidad, conoce a la guía de la ciudad que tuvimos hace 2 años en Ámsterdam, lo que me sorprendió bastante... El mundo es pequeño.