Publicado: 15.01.2017
Esta noche en Putre se cortó la electricidad y no volvió hasta la mañana. Flavio pudo restablecer al menos la luz con un generador, pero la habitación estaba helada porque la calefacción no funcionaba, el hoodie de C&A ayudó.
Me fui a Arica por la mañana después del desayuno y de alguna manera parece que se corrió la voz de que aún tengo un recibo de taxi. A medio camino, había un camión chileno en la dirección opuesta y junto al camión había un hombre mayor y uno más joven, y el mayor tenía algo que parecía una manguera de radiador en la mano.
Me detuve y pregunté qué sucedía. El camión había sufrido una avería y si podía llevar al mayor a Arica para conseguir una pieza de repuesto. También esta vez seguí mi instinto y llevé al mayor. A la pregunta de por qué los chilenos no llevan a nadie, él respondió que tenían miedo, porque los bolivianos, peruanos y especialmente colombianos eran todos criminales. Pensé para mis adentros que deberíamos relajarnos en casa y no catalogar a quienes piden un 'Negro Kiss' en el mercadillo navideño de racistas... ¿Pero los camioneros bolivianos no se detendrían? Sin embargo, se detendrían, pero serían tan lentos que nunca llegarías a ningún lado. Hans-Christian, así se llamaba el hombre según Andersen, porque así lo nombró su madre, tenía razón, una hora después estaba en Arica y realmente se alegró de la ayuda y me hizo el viaje ameno, pues aprendí mucho sobre la vida de los chilenos en la conversación... la foto obligatoria, por supuesto, no faltó.
Así que allí estaba yo con el Hilux frente a la oficina de Hertz y descubrí que estaba cerrado. Llamé al número de emergencias, en inglés no entendían nada, pero rápidamente comprendí que, al haber perdido completamente la noción del espacio y del tiempo, llegué un día antes, pero no necesitaba el auto en la ciudad. Lo dejé allí y fui al hotel y más tarde pude devolverlo, ya que la oficina estuvo ocupada brevemente...
El hotel en Arica fue, de lejos, el mejor aquí en Chile y a solo 60 dólares la noche...
Primero exploré la zona a relajantes 24 grados y subí al cerro Morro, donde los chilenos ganaron la batalla decisiva contra los peruanos el 7 de junio de 1880... el Morro es, por así decirlo, el monumento nacional chileno... Allí arriba también había un museo de guerra bastante marcial, pero sobre todo la vista era grandiosa...
También es interesante el antiguo edificio de aduanas, planeado por nada menos que Gustave Eiffel, quien años más tarde alcanzaría la fama mundial con un edificio mucho más alto en París... Pero ya había traído el reloj para el edificio de aduanas a Arica.
Unas fotos del día...