Publicado: 05.04.2017
Desde el espectáculo natural en Iguazú, Reto y yo (Carole) viajamos al último país del viaje: Uruguay.
Llegamos en ferry desde Buenos Aires a Colonia del Sacramento, que tiene una historia agitada. En la lucha entre España y Portugal y más tarde entre Argentina y Brasil, el lugar fue tomado en diversas ocasiones por uno de los países. Lo que ha quedado es un hermoso casco antiguo como testigo de las diferentes influencias, que hoy en día forma parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Continuamos hacia la manejable y acogedora capital, Montevideo. Aquí pudimos comprobar que la vida en Uruguay no puede existir sin mate. El mate es el típico té, bastante amargo, que se bebe en cada ocasión y, preferiblemente, en compañía de amigos. Su preparación es un arte y presenta muchos escollos para los turistas inexpertos. Sin duda, nos resultó muy divertido ver a todos los locales caminando por la ciudad con sus tazas de mate en la mano y termos bajo el brazo.
La siguiente parada fue Piriápolis, un pueblo costero con hermosas y extensas playas de arena. Luego viajamos a Punta del Este. También aquí disfrutamos de las interminables playas de arena, tomamos el sol y nos refrescamos de vez en cuando en el agradable Atlántico.