Publicado: 12.05.2018
Desde el lunes 7/12/18, estoy nuevamente "en el camino". Mi último día en Quesada fue tranquilo y relajante. Me desperté a la hora habitual a la que me había acostumbrado durante las últimas dos semanas, desayuné y me despedí de mis "anfitriones de Workaway" y de los otros voluntarios, ya que ellos se marchaban a trabajar. La despedida fue breve, pero muy cálida.
Reuní mis cosas y limpié mi habitación. Tenía un poco de tiempo antes de dirigirme al pueblo, donde tomaría mi autobús hacia Jaén. Aproveché el tiempo para leer un libro en mi Kindle. El libro trata sobre una pareja alemana que decide cambiar completamente su vida y convertirse en "sin hogar". Han estado viajando durante más de 20 años. Hasta ahora, tienen 6 hijos y están construyendo una casa en Costa Rica d83c ddec d83c ddf7 (experiencia de viaje). Los niños nunca han ido a la escuela, ya que sus padres entienden los viajes como una forma de educación. Recomiendo mucho este libro, ya que transmite cuán dependientes nos volvemos de nuestro sistema alemán y cómo no nos atrevemos a pensar más allá (título: Con seis hijos alrededor del mundo.....).
Después de un rato, miré el reloj, y era hora de dirigirme a la estación de autobuses. Con dos mochilas llenas, llevé la grande a la espalda y la pequeña en el pecho, y caminé hacia Quesada. Al salir, dejé el valle y los campos de olivos. Al llegar a la cima, miré a mi alrededor una última vez y dejé que el tiempo pasara por mi mente.
Puntualmente a las 12 subí al autobús y dos horas después llegué a Jaén. Allí tomé el autobús hacia Granada. Alrededor de las 15 llegué a Granada. En un albergue, que era ya mi tercer albergue en Granada y estaba muy céntrico, pasé dos noches. En la primera noche, participé en una ruta de tapas por la ciudad, ya que fue ofrecida por los voluntarios del albergue. Es típico en Granada que al pedir vino o cerveza, te incluyan una tapa. Con cada bebida adicional, recibes otra tapa, pero siempre de diferentes tipos. Las tapas son pequeños platos que generalmente se comparten entre acompañantes. Sin embargo, cuanto más gente coma, mayor será la porción.
Así que esa noche conocí a nuevas personas de diferentes países en el albergue. Al día siguiente pasé la tarde con una holandesa y un irlandés. Ya había conocido al irlandés la noche anterior en la gira. Juntos visitamos un museo gratuito sobre la historia de Granada y pasamos tiempo en el hermoso barrio Albacin.