Publicado: 25.10.2018
El último día completo en nuestro estrecho hogar sobre ruedas. Hasta ahora, somos un equipo bien compenetrado, a pesar del espacio reducido. Mañana será tiempo de despedidas.
Empezar el día sin estrés. Simplemente dejarse llevar por el día. Alrededor del mediodía, haremos una pequeña exploración de la isla. No es tan grande.
El primer cartel nos indica el camino hacia la Playa de Surf. ¡Vamos a ver a los surfistas!
Simplemente dejar volar el alma. Sentarse en la arena, mirar al agua, sentir el viento en la cara y el sol en la piel.
El pronóstico del tiempo hoy tuvo razón, después de media hora mirando a los surfistas, el sol desapareció y comenzó a hacer frío. Es hora de partir. Aún no hemos visto mucho.
Hay bastante actividad aquí. Principalmente motos. En poco tiempo ya sabemos
también por qué. En Philip Island hay un circuito de Gran Premio y a partir de hoy a las 23:00 horas se llevará a cabo el 17º Gran Premio de Motociclismo Australiano. Ahora entiendo por qué solo conseguimos un lugar para acampar justo antes de Philip Island y la trabajadora de limpieza esta mañana nos dijo que disfrutáramos de la calma antes de la tormenta.
La principal atracción de Philip Island son los pequeños pingüinos que llegan a la playa cada noche. Están perfectamente comercializados como una atracción turística. Desde las gradas se les puede observar. Empacados como para una expedición en la Antártida, queríamos ser parte de ello.
Solo cuando casi estaba oscuro, llegaron a la tierra a sus nidos. Son adorables, como caminan por la playa con sus cortas patitas.
Siempre en grupo con unos 20 pingüinos. Algunos corrían, otros primero se acomodaban delante de nosotros. Al verlos, se siente un calor en el corazón, aunque el resto de mi cuerpo estaba helado.