Publicado: 23.06.2019
Dejamos nuestro alojamiento nocturno y nos dirigimos hacia Gordes, uno de los pueblos más bonitos de la Provenza. Sin embargo, no contamos con calles tan estrechas, tantos turistas y con ninguna plaza de aparcamiento para autocaravanas. Nos rendimos un poco frustrados en la búsqueda y descendemos hacia el monasterio de Notre Dame de Sénanque, donde los perros no están permitidos y tampoco hay menos turistas.
Después de una pausa con queso Brie y baguette, seguimos hacia Aviñón y la entrada a la ciudad ya es maravillosa. Una majestuosa muralla, el palacio del Papa y muchas calles estrechas y hermosas nos reciben, y Aviñón ha conquistado inmediatamente nuestro corazón.