Publicado: 14.12.2023
Hoy conduje la segunda parte de la Southern Scenic Route. En realidad, quería ir de Bluff casi en línea recta hacia Queenstown. Sin embargo, después de ver que la Scenic Route va cerca de Fjordland, decidí tomar el desvío.
Qué trayecto: primero a lo largo del mar y luego pasando por las montañas de Fjordland junto a grandes lagos de montaña. Cada vez que pensaba que ya había visto todo, pasaba sobre una colina o alrededor de una curva y mi mandíbula caía una vez más. La búsqueda de buenos lugares para fotografiar fue, desafortunadamente, escasa. Así que los recuerdos tendrán que ser suficientes.
Ahora estoy en Queenstown. Se pronostica lluvia nuevamente, así que me pongo la chaqueta de lluvia, el pantalón de lluvia en mi mochila y me dirijo a la ciudad. Allí hay muchos turistas. En cada esquina promete una aventura: puenting, parapente, paseos en lancha. Aquí todo es posible, lo que hace feliz a la gente. Hoy hay algo que me hace muy, muy feliz: descubro una panadería (la primera en Nueva Zelanda) y decido entrar. Ahí está: ¡Pan alemán multicereal!!! Parecía estar esperándome, porque solo quedaba uno y ahora es mío. Mientras miro asombrado el pan, viene una vendedora y me mira con curiosidad. Le explico que acabo de encontrar el mejor pan del mundo y que lo quiero a toda costa. Entonces la vendedora me pregunta en alemán: '¿Eres de Alemania? ¿De dónde eres?' 'De Dresde.' 'Ohhhh, yo vengo de Görlitz, nunca he conocido a alguien aquí que venga tan cerca de mi hogar.'
En Queenstown parece que hay algunos alemanes que trabajan aquí. En una tienda de souvenirs, los empleados también hablan en alemán. Digo: 'Me pregunto por qué se habla tanto alemán aquí.' Después de un breve silencio, recibo la respuesta: '¿No te has dado cuenta? ¡Te has desviado! ¡Piensas que estás en Nueva Zelanda, pero en realidad estás en Alemania!'
Queenstown, por su ubicación entre las montañas y el gran lago, está bastante compacta y, honestamente, me recuerda a una aldea de montaña austriaca. Aquí, definitivamente, se habla suficiente alemán...
En el camino de regreso, llega la lluvia y ¡qué lluvia! Está lloviendo de verdad. Pero no hay mal tiempo, solo ropa inapropiada, así que me pongo el pantalón de lluvia y la chaqueta de lluvia y ¡vamos! Al menos me mantengo seco...