Publicado: 24.05.2022
Epílogo 7: Praia do Ribeiro do Cavalo
La playa, que según Pedro es un consejo secreto entre los locales, se encuentra un poco fuera de Sesimbra y solo se puede acceder a pie. A través de caminos arenosos y rocosos descendemos a la cala. Cuando llegamos a la playa, realmente solo hay un puñado de personas y se siente como si estuviéramos lejos de la civilización.
La playa está rodeada de acantilados empinados. En una pared descubrimos una hendidura, una pequeña meseta, perfecta para una noche bajo las estrellas. Montamos nuestro lugar de dormir y cocinar y disfrutamos de la libertad. La mañana siguiente comenzamos con un baño en el Atlántico. ¡Ahora la playa está desierta!
Epílogo 8: Montar en Lousa
En Lousa, según los foros de internet, hay senderos increíbles. Decididos, vamos a Serpins y pasamos la noche en el camping más barato hasta ahora. Una noche cuesta solo 12 euros. La infraestructura y la higiene son excelentes.
Por la mañana vamos al bikepark Louzanpark. En la base hay un bar con un ciclista sin dientes, quien nos explica el camino en portugués. Rechazamos la oferta de que nos lleven arriba: queremos movernos un poco. Los senderos nos convencen solo a medias. Aunque encontramos mucho flujo en la parte superior, más abajo las pistas están apenas mantenidas y en ocasiones pasamos por campos densos de helechos donde Jonas rápidamente atrapa dos garrapatas.
Epílogo 9: Tour en canoa por el Mondego
El tramo entre Penacova y Coimbra es uno de los tramos fluviales más bellos de Portugal. Por supuesto, queremos comprobarlo por nosotros mismos. Como solo hay tours guiados en lugar de alquiler de canoas, nos unimos a un grupo. Se dice que hay lugares peligrosos que hay que conocer.
El viaje por el río dura aproximadamente 3 horas, lo que probablemente tiene más que ver con la falta de corriente que con la longitud del tramo. Los “lugares peligrosos” son en realidad curvas normales, donde la corriente podría empujar la canoa contra una pared. Pero esto se puede evitar fácilmente con uno o dos remos.
Las orillas del Mondego en este tramo están bastante intactas, lo que normalmente encontraríamos muy bonito. Sin embargo, como una vez más hemos llevado muy poca agua y aperitivos, y los 32°C no son precisamente refrescantes, estamos contentos de encontrar el quiosco a la orilla del río justo antes de terminar la excursión.
Conclusión: ¡En lugar de un guía, la próxima vez traemos suficientes provisiones!
Epílogo 10: Coimbra
Coimbra definitivamente valió la pena visitar. La ciudad es pequeña pero muy encantadora. Pasamos una hermosa noche en el casco antiguo, escuchamos a los músicos callejeros y probamos delicias locales.