Publicado: 11.08.2023
Hoy comenzó, como siempre, alimentando a los terneros y desayunando. Todas las cabañas tenían que ser limpiadas de nuevo, así que estuve ocupado toda la mañana.
Por la tarde, Ingveldur me llevó y me mostró a dónde quería llevar los caballos. Era un prado donde supuestamente se construirán las siguientes cabañas en el futuro, pero que en este momento está totalmente cubierto de maleza. El prado está en el otro extremo de la granja y hay que mover algunas cercas y tensar las cuerdas de manera diferente entre ellas, para que al final se forme una especie de pasillo para los caballos.
Después, ella me llevó a la 'entrada' de la granja y allí abrió la puerta del prado donde normalmente están las vacas, que aparentemente ya habían sido trasladadas ayer. Cuando pregunté por qué todo eso, ya lo había visto. Detrás de la montaña, en la carretera, salieron innumerables caballos. Al frente iba un coche, seguido de dos o tres jinetes, y detrás iban alrededor de cuarenta caballos. Al final, había otro jinete que se aseguró de que todos los caballos estuvieran presentes. Al parecer son amigos de la familia, que pasan la noche aquí y se marchan mañana.
Para cenar hubo hamburguesas.
Después alimenté a los terneros e Ingveldur dijo que debería intentar llevar a los caballos de regreso a su prado solo, ya que en el prado donde deben pastar no tienen agua. Aunque dudé un poco, al final me atreví a hacerlo sola. Verifiqué cada puerta y cada correa dos veces antes de sacar a los caballos. Los dos perros fueron de gran ayuda, ya que no tenía, como Ingveldur antes, pan o algo para atraerlos. En general, funcionó muy bien. Y hasta fue divertido.
Después volví a subirme a Demon y esta vez llevé mi cámara. Creo que conseguí algunas fotos realmente buenas.
Me estoy acostumbrando realmente a esto poco a poco. No me siento aquí en casa todavía, pero es sin duda mucho mejor que al principio. Me siento más segura y relajada.
Hasta entonces
Julia