Publicado: 15.06.2019
Después de unos días en Cebu, tomamos el ferry hacia la pequeña isla de Camiguin, la última isla segura antes de las islas rebeldes y amenazadas por piratas en el sur de Filipinas. Tal vez la cercanía a las islas "inseguras" sea la razón por la que Camiguin es tan poco visitada por turistas - ¡completamente injusto, como creemos!
Justo después de llegar a la isla, nos subimos a un scooter, guardamos nuestras mochilas en el, honestamente, bastante cutre hostel y comenzamos a explorar, cruzando la isla en todas direcciones. Conducir por la isla en la moto fue nuestra misión durante nuestra estancia de tres días. Fuimos de cascada en cascada, a fuentes termales, a través de pequeños pueblos, compuestos mayormente por casas de bambú, un pozo, una canasta de baloncesto y bancos de bambú donde los lugareños se juntan a charlar. Como pausa, nos detuvimos en canchas de baloncesto para ver a los niños jugar o en el mar para refrescarnos un poco.
Además de visitar la diminuta isla Mantigue, cuya maravillosa playa disfrutamos desde la hamaca, también probamos una pequeña excursión de montaña al "Old Volcano" - sin embargo, con más de 40 grados y bajo un sol radiante, resultó ser una mala idea, por lo que casi nos alegramos de encontrar el camino cada vez más salvaje después de aproximadamente dos horas de subida, lo que nos obligó a regresar... una vez de vuelta, nos lanzamos, totalmente empapados de sudor, directamente al mar para hacer esnórquel en el cementerio sumergido de la isla. El cementerio, junto con toda la franja terrestre, se hundió en el mar durante la última erupción volcánica del Hibok-Hibok en 1951 y ahora es el nuevo hogar de corales, enormes estrellas de mar, peces coloridos y (¡buscadores de perlas, atención!) almejas gigantes. Algunos pocos lápidas pueden ser descubiertas entre los corales y también la enorme cruz del cementerio sumergido se encuentra bien visible justo debajo de la superficie.
Después de los divertidos y emocionantes días en Camiguin, continuamos hacia Bohol....