Publicado: 06.01.2022
La noche había llovido a cántaros durante horas, lo que causó un ruido considerable en el techo de chapa de nuestra cabaña. Después del desayuno, compramos a buen precio algunas bolitas de cacao caseras (de pasta cruda) y nibs de cacao azucarados como refrigerio energizante para el camino. Luego nos despedimos de nuestro simpático grupo de senderismo (dos suizos, una italiana que vive en España, un costarricense y nuestro guía), ya que a partir de ahora continuaremos el resto del Camino solos. Estamos un poco emocionados de estar solos ahora, pero también contentos de poder explorar el país por nuestra cuenta. Ha requerido mucha planificación y preparación encontrar alojamientos y opciones de comida adecuadas en todas las etapas, ya que aún falta infraestructura continua en el Camino, pero con un poco de conocimiento de español todo es posible. Hoy tenemos una etapa corta de aproximadamente 12 km, perfecta para aclimatarnos al nuevo peso de las mochilas (anteriormente había transporte de equipaje). También hoy hace mucho calor y sol, así que uno ya está empapado de sudor después de poco tiempo. Disfrutamos caminando por las exuberantes colinas, acompañados de numerosas mariposas de colores que cruzan nuestro camino. Pasaremos la noche en la encantadora Finca ViaLig, donde tomamos una habitación en la casa de la propietaria y compartimos un baño. ¡Qué agradable es la sensación de haber tomado una ducha después de una caminata que hace sudar! Inmediatamente comenzamos a charlar con la amable propietaria, quien nos da una visión auténtica de la vida local y nos alegramos de poder tener una verdadera conversación en español. Además, allí podemos lavar nuestra ropa sucia, que realmente lo necesita. En la enorme propiedad también hay un mariposario, donde se crían mariposas. Recibimos un tour personal por el terreno, donde cada paso del proceso de crianza se explica y se muestra en detalle, desde las mariposas que ponen huevos en una jaula, pasando por las orugas más pequeñas y grandes, hasta las pupas, de las cuales solo se liberan las perfectas para la exportación a todo el mundo. Aquí se crían dos tipos de mariposas: la gran mariposa azul Morfo (también conocida como la mariposa del cielo) y la cola de golondrina negra y amarilla. También es interesante para nosotros que cada una de las dos especies utiliza una planta muy específica para la puesta de huevos, que crece en abundancia en la gran propiedad, de modo que solo hay que colocar una red sobre las ramas donde están los huevos para luego buscar las orugas o pupas. Además, no nos quedamos sorprendidos al ver piedras con grabados y símbolos antiguos, así como formaciones rocosas que pertenecieron a los indígenas que vivían aquí anteriormente. Un gran cierre fue la fantástica cena con jugos recién exprimidos de dulce guanábana (mi fruta favorita) y refrescante carambola. ¡Pura Vida!