Publicado: 22.10.2018
Como ya mencioné en mi informe anterior, me gustaría profundizar un poco más en la clase en sí, tal como la he percibido. Como en la primera entrada sobre la vida escolar escribí principalmente sobre nuestros proyectos y tuve que comprimir todo, dado que ha ocurrido tanto, la clase lamentablemente quedó corta, así que ahora un poco más de detalle. Hasta ahora solo he estado en las cuatro primeras clases de Elim y por lo tanto solo puedo relatar las experiencias que tuve allí o de las que me han informado. En general, se puede decir que aquí algunas cosas funcionan de manera diferente que en Alemania, lo que se puede imaginar bien considerando la distancia de aproximadamente 4.000 km. Quien se queja en Alemania de clases demasiado grandes aquí realmente se lleva una sorpresa: en un aula hay alrededor de 45 alumnos. Y como si solo el número no fuera un desafío suficiente, también se suma que muchos niños no hablan correctamente inglés o afrikáans antes de llegar a la escuela, solo unos pocos asisten a un jardín de infantes, y así sucede que la mayoría de los niños solo hablan en su lengua materna y nunca se han concentrado realmente en una cosa cuando son escolarizados. Creo que se puede imaginar bien que todas estas circunstancias conducen a un más o menos gran caos en el aula, y así a menudo no les queda opción a los profesores que no sea tratar a los niños de manera muy autoritaria. Sí, aquí los niños a menudo son golpeados por los profesores, pero eso depende de cada profesor, y lo que más me sorprendió, afecta poco el vínculo entre profesor y alumno. Raramente se verá en Alemania que cinco niños corran porque ven a su