Publicado: 18.11.2021
Después de un día de descanso en Zadar, había quedado nuevamente con Seraina, la ciclista suiza, para una etapa corta. Originalmente quería llegar hasta Sibenik, pero luego me convencí de que pasar la noche en la ciudad no valía la pena y que la zona en Pakostane, entre el Mar Mediterráneo y el Vransko Jezero, era más bonita. Por eso llegamos temprano a un bonito y casi desierto camping, donde crecían muchos olivos y granados. Así que había suficiente tiempo por la tarde para cocinar, y otra vez había pasta con verduras y salsa de tomate.