Foilsithe: 20.10.2017
18.10.2017
En realidad, Ao Nang sólo iba a ser una parada en el camino hacia las islas del mar de Andamán, y sin embargo, el pueblo resultó ser un verdadero hallazgo. A pesar de la clara orientación turística de Ao Nang, conseguimos un pequeño hostel apartado, en el que primero obtuvimos una habitación más bonita y grande de la que realmente habíamos reservado.
Encontramos una excelente cocina callejera, donde los lugareños servían comida deliciosa y económica, muy típica de Tailandia.
El punto culminante fue sin duda el atardecer la última noche que seguimos en la playa. ¡Simplemente hermoso! El tiempo, lamentablemente, pasó demasiado rápido, y así, a la mañana siguiente, continuamos en minibus hacia Koh Lanta.