Foilsithe: 14.02.2022
El vuelo transcurrió (como siempre con las aerolíneas Scheich) de manera muy fluida y puntual. En cuanto a la gastronomía, todo fue muy bien. Entre Zúrich y Dubái hubo pollo con salsa de pimientos y cebolla, acompañado de una ensalada de lentejas y arroz, mousse de chocolate con caramelo y, como en todos los platos, un bollo con mantequilla. Una azafata también me ofreció su plátano y otros bocadillos pequeños (parece que le agradaba). Más tarde, también mantuve una conversación con ella y su colega, quienes, como resultó, apostaron sobre si era de Corea o no.
En el trayecto incluso hubo dos comidas, una justo después del despegue y otra poco antes del aterrizaje. Empecé con una salsa cremosa sobre pasta con calabaza, ensalada de lentejas de remolacha/edamame y mousse de pera con crumble, y terminé el vuelo con cordero con cordero, acompañado de hummus y un mousse de postre indefinible (también no estaba rico).