Foilsithe: 02.03.2017
Ayer estuve con Lara y Theresa (las chicas alemanas) en el Templo Swayambhu en Katmandú, cerca del centro de la ciudad. También se le llama Templo de los Monos, porque allí habitan muchos monos.
A las 13h un taxi nos recogió de la escuela y nos dejó en una de las entradas. Un poco hambrientas, Lara y Theresa compraron plátanos y naranjas. Se pueden encontrar por todas partes en estos comerciantes ambulantes. Sin embargo, no fue una buena idea: Theresa, con los plátanos en la mano, apenas había dado dos pasos dentro del área del templo, cuando de repente un mono se le acercó, saltó sobre ella y ya tenía los plátanos en su posesión, ¡ja, ja!
Después del pequeño susto, subimos muchas escaleras hacia la estupa. Pero valió la pena por la vista. Y la estupa y el resto del área eran muy bonitos para visitar.
Arriba también nos encontramos con Anna (la austriaca). Ella había estado previamente en el Día de la Silla de Ruedas en Katmandú, que su organización, donde está haciendo sus prácticas, organizó.
Después de ver todo (y de que finalmente me hice un selfie con un mono), ya teníamos bastante hambre. Sin embargo, todavía nos tomó 25 minutos a pie llegar al centro de la ciudad. Afortunadamente, una colega de trabajo nepalí de Anna estaba con nosotros y nos llevó a un restaurante escondido y muy acogedor. Allí me regalé con un Cheesy Chicken Burger (lamentablemente un poco demasiado cheesy), un Lassi de plátano (súper bueno, con plátanos frescos) y pancakes con mango y crema de coco (los compartí con Anna). Y todo eso costó apenas 8€ en total!
Después de eso, ya nos regresamos a casa en taxi. En casa decidimos no cenar y nos tiramos bastante cansadas a la cama...
Hoy, por cierto, experimenté la lluvia en Nepal por primera vez y fue la primera lluvia después de dos meses de sequía. Pero tan rápido e intenso como llegó, así se fue también.
Mañana será mi último día en la escuela. La despedida de los niños seguramente no será fácil para mí...
El sábado también será un adiós a la familia. Por la mañana cocinaremos juntos Momos, antes de que me lleven al aeropuerto.
Por un lado, estoy triste de tener que dejar a tantas personas queridas aquí. Por otro lado, también espero con ansias el tiempo que viene: muchos lugares diferentes, ser más independiente, no estar atada al tiempo y, con suerte, conocer a muchas personas nuevas y agradables. Todo tiene sus lados malos y buenos :)
El tiempo pasa tan rápido. Un minuto estamos diciendo 'Hola', al siguiente es 'Adiós'.