Foilsithe: 28.05.2018
Después de que cada uno utilizara sus sobras para desayunar, todos empacaron sus maletas y desocuparon los apartamentos, tuvimos que despedirnos con pesar del Pacífico. Después de dos días de descanso, ahora comienza la segunda ronda. Y esta arranca en Guadalajara. Sin embargo, primero tuvimos un viaje en autobús de seis horas que nos separaba de esta estación.
Guadalajara es la segunda ciudad más grande y cuenta con aproximadamente 6 millones de habitantes. También es conocida como la 'Perla del Occidente'.
Cuando llegamos alrededor de las 15:30 a la Escuela Alemana de Guadalajara, nos 'atacó' el calor abrasador que reinaba allí. Incluso los mexicanos, que en todos los lugares donde habíamos estado llevaban pantalones largos y, a veces, hasta suéteres con temperaturas de hasta 30 grados, aquí llevaban pantalones cortos y camisetas. Por lo tanto, estábamos muy agradecidos de poder refugiarse en el campo deportivo cubierto. Allí ya estaban preparadas las sillas para el concierto que tendría lugar esa noche. La profesora de música, Sara Gruenwedel, quien trabaja en la escuela desde agosto, nos dio una cálida bienvenida y nos explicó el programa de la noche. Poco después, el director de la escuela, el Sr. Quennet, llegó con su esposa y también nos saludó.
Él nos habló un poco sobre la escuela privada alemana, que celebrará su 40 aniversario el próximo año.
El campus escolar abarca una increíble extensión de 11 hectáreas y además de los edificios escolares, también cuenta con un jardín de infancia. Actualmente, aproximadamente 1150 estudiantes asisten a la escuela, de los cuales 260 aún asisten al jardín de infancia. Alrededor del 95% del alumnado son mexicanos. Los padres pagan una matrícula de 350 € al mes. Después de que los estudiantes hayan superado seis exámenes externos al final de su tiempo escolar, se gradúan aquí con un título reconocido internacionalmente.
Poco antes de las 18:00, llegaron las primeras familias anfitrionas, por lo que pronto comenzamos nuestro pequeño concierto. También aquí ofrecimos una colorida muestra de nuestro repertorio de folklore como 'Ich weiß nicht, was soll es bedeuten', pasando por música contemporánea como 'Lullaby' de Daniel Elder hasta 'Va pensiero' de la ópera 'Nabuco'. Cuando se pidió un 'Otra', un 'bis', interpretamos la pieza sudafricana 'Kwela Kwela', 'Ti Mama' de Namibia y, por supuesto, no podía faltar 'Rock Mi' como cierre.
Después, todos fuimos distribuidos a nuestras familias anfitrionas, quienes nos recibieron muy amablemente y con quienes finalizamos la noche de manera individual.