Publicat: 14.01.2018
No he tenido pies fríos en 70 días. La noche pasada sí. Aquí estamos a unos 1000 metros de altura, pero no esperaba que hiciera tanto frío por la noche. Ayer solo había 8 grados. Ahora entiendo las dos mantas de lana en la cama. Durante el día, la temperatura es muy agradable y siempre hay una buena brisa. Cuando pienso en mi habitación en el primer piso de Granada, las paredes exteriores se calientan bastante por la noche. Rara vez dejo de sudar.
Hoy aprendimos algo sobre el cultivo del café. Y más tarde, en una caminata guiada, vimos perezosos. Sin el guía, seguro que no los habríamos notado.
La fenomenal tranquilidad es simplemente increíble. Un poco me asusta la vuelta mañana a la actividad urbana y el ruido correspondiente, el vecino con el CD de viejitos a las 6 de la mañana, los petardos nocturnos y las múltiples fuentes de ruido de “mi” familia que a veces se extienden hasta la noche. Solo aquí me he dado cuenta de lo extremadamente ruidosa que es la ciudad. Nicaragua también puede ser silencioso.