Publicat: 10.05.2018
Los últimos dos días hemos explorado Sydney, en la medida de lo posible en tan poco tiempo. Ahora entendemos por qué para muchos Sydney es un destino de ensueño. La ciudad es un gran y elegante puerto.
Ayer, hicimos una excursión guiada de medio día ('Bonza- Bike') en bicicleta. No logramos mucho más que los puntos destacados absolutos. Es fascinante ver la Ópera, el Harbour Bridge y el horizonte desde distintos ángulos.
Hoy nos dirigimos a pie por el centro de la ciudad hacia Darling Harbour. Pausa para almorzar en el Fishmarket (totalmente en manos asiáticas). Regresamos en ferry y disfrutamos de vistas increíbles. Pasamos la tarde en Manly, uno de los muchos suburbios con playa urbana. Se tarda solo 15 minutos en llegar en Fastferry.
Lamentablemente, hoy un enorme crucero bloqueó nuestra vista de la Ópera. Una falta de respeto.
Para contrarrestar un poco la nostalgia, visitamos un ALDI australiano, tomamos una Kölsch o una cerveza de trigo en una cervecería y cenamos en el 'Munich Brauhaus' (con un programa cultural). Preocupante las ideas que tienen de Baviera en Australia 😕. Después de eso, ya estábamos un poco más curados...