Publicat: 15.05.2018
29 de abril de 2018
Tag 2. Nos levantamos, echamos un vistazo al hermoso río envuelto en niebla de la mañana y nos dirigimos al festival. Gracias a las oportunidades de transporte compartido, no tuvimos que caminar en todo el largo trayecto hacia la ciudad ni una sola vez.
El festival aún no había comenzado de verdad. Se suponía que empezaba a las 11, pero cuando llegamos a las 11:15, apenas había comenzado el montaje. Casi lo sospechábamos. Así que conseguimos algo de comida y nos sentamos en la Costanera para hacer un picnic.
Cuando nos habíamos puesto un audiolibro y estábamos listos para dormir la siesta en los bancos, vimos a un grupo de jóvenes que se veían bastante bien acercándose. 'Apaga el audiolibro, ellos serán nuestros amigos', susurró Luna. De hecho, el grupo se detuvo frente a nosotros. Después de un poco de conversación, nos dijeron: 'vamos al río, hay un hermoso plascha (playa, o sea, playa, en un argot muy amplio de Buenos Aires), ¿vienen con nosotros?' Claro que vamos.
El 'hermoso plascha' resultó ser una franja de barro a orillas del río, pero aun así fue estupendo para darnos un baño y sentarnos cómodamente. Nuestros nuevos amigos eran un grupo de hippies absolutamente geniales de estudiantes de guarda parque (guardaparques). Sí, esta carrera existe aquí en Misiones y cada año es visitada por jóvenes de todas las provincias de Argentina. Nuestros amigos además habían formado una banda, con la cual viajaron desde su lugar de estudio San Pedro hasta El Soberbio para tocar en el festival.
Pontualmente para el espectáculo, también nos pusimos en camino hacia allí. Para ese momento, todo estaba en pleno apogeo. Como tales eventos culturales son bastante raros aquí, absorbí todo y me emocioné al ver los puestos con piezas de joyería y pinturas hechas a mano. Durante todo el día nos alimentamos con pan integral con palta (pan integral con aguacate) del puesto de un agricultor orgánico.
Al caer la tarde, nos sentamos juntos en un ambiente de fogata sin fogata junto al río. Fue un día increíblemente hermoso en un grupo hermoso, del cual desde el principio fuimos una parte completamente natural.
Para la mañana siguiente, quedamos con algunos de nuestros hippies para finalmente ir a ver las Cataratas del Moconá.