Опубликовано: 31.10.2021
Nazaré fue mi primer destino importante. Allí había completado aproximadamente 1/3 de la distancia. El lugar es famoso por tener las olas más grandes del mundo, de hasta 30 metros. Desafortunadamente, solo encontré olas de 1 metro de altura, pero una buena sesión de surf.
Había planeado salir por la noche y brindar por haber superado la primera parte, solo si fuera necesario. Pero eso no fue necesario, ya que se me unieron otros dos mochileros.
Después de una deliciosa cena, salimos en busca de un bar animado, una fiesta o algo similar. No encontramos mucho, así que nos unimos a un grupo de otros turistas. En este grupo también había un caballero algo mayor, aproximadamente el doble de mi edad. Inmediatamente comenzó a hablarme. Me elogiaba por mi cabello, mi rostro y demás. Rápidamente me sentí incómoda y los demás trataron de distraerlo con otros temas, pero no funcionó del todo. En algún momento se enteró de que yo también estaba en el Camino. Él también era un peregrino y de inmediato comenzó a hablar sobre Dios y demás. Le dije que era atea y que tenía mis propias razones para caminar. Esto lo sorprendió, '¿no sabes el significado del camino? Tienes que recorrerlo con Dios'. Le expliqué que conocía el significado, pero que aún así podía recorrerlo a mi manera y él podía hacerlo a la suya. No le gustó eso. Comenzó a decirme lo inmaculada y joven que aún me veía y que seguramente no tenía mucha experiencia, y así sucesivamente.
Personas como esa me hacen enojar. Te miran por un segundo y creen que saben quién eres y por lo que has pasado. Y esas alusiones a la inocencia y pureza. Personas que imponen la imagen de la Virgen María en las mujeres. Porque ese es el único tipo que es aceptable. Lo siento por decir esto, pero puedes quedar embarazada sin tener relaciones sexuales y esa no es la única razón para tenerlas. La imagen que él también espera de una mujer es irreal y desactualizada. Ninguna mujer podría cumplirlo, por lo que solo pone mucha presión innecesaria en muchas mujeres.
Afortunadamente, no estuve sola esa noche. Los otros jóvenes viajeros intervinieron en cada oportunidad para dejarle en claro que sus opiniones son totalmente absurdas. Estoy muy agradecida por personas como ellos. Y quién sabe, tal vez juntos podamos hacer que los últimos entiendan que no tienen derecho a decirnos cómo debería ser nuestra vida sexual, en qué creemos, simplificado decirnos cómo deberíamos vivir nuestras vidas y cómo deberíamos sentirnos al respecto.
Más tarde esa noche, en otro bar, una mujer se me acercó. Me dijo que le había llamado la atención y que solo quería decirme que pensaba que tenía una aura maravillosa. Me alegré mucho por el cumplido y le agradecí y ella siguió su camino. Ese fue un ejemplo perfecto de cómo deberían suceder esas cosas.
Ayudémonos mutuamente.