Foilsithe: 31.07.2024
30.7.2024 Warnemünde
Después de más de siete meses, volví a Alemania. Sin embargo, no logré sentir una sensación de hogar.
A las 9:00 comencé mi caminata hacia mi destino elegido, el Museo Marítimo de Rostock. Después de aproximadamente ochenta minutos, llegué al barco histórico Dresde, que alberga el museo y al mismo tiempo es un objeto de exhibición. Allí pasé cerca de dos horas entretenidas.
Para el regreso, quería usar el transporte público, lo cual no fue tan fácil. Una valla de construcción bloqueaba el camino hacia la estación de S-Bahn. Tuve que rodearla, lo que me llevó cerca de una parada de autobús. Así que decidí tomar el autobús hacia la siguiente estación de S-Bahn.
Tan pronto como ocupé un lugar en la sala de espera, un joven se sentó a mi lado y comenzamos una conversación. Se presentó como Florian. Cuando le dije que aún tenía que comprar un billete, me mostró un pase para discapacitados y dijo que eso le permitía llevar a una persona acompañante.
Así que Florian y yo fuimos juntos en el autobús, nos cambiamos a la S-Bahn y nos dirigimos a la última estación, que está justo en el muelle de cruceros de Warnemünde. Nos despedimos y yo me dirigí hacia el muelle. Era poco antes de las 14:00 y tenía la intención de almorzar en el barco. Pero entonces recibí una llamada telefónica.
Un día antes, había notificado a mis amigos de Facebook, Gitta y Erik, de mi próxima llegada a Warnemünde, y ambos querían aprovechar la oportunidad para volver a verme, lo que me alegró mucho.
La llamada fue de Gitta. Me informó que acababa de llegar al aparcamiento frente a mi barco. Así que el almuerzo se canceló.
Nos saludamos calurosamente. Después, Gitta se esforzó por tomar algunas buenas fotos del barco, lo cual no fue fácil, ya que un edificio parcialmente bloqueaba la 'Serenade'. Hablamos hasta que Erik llegó con su esposa Andrea. Tras un nuevo saludo cálido, nos sentamos en un lugar sombreado en la terraza de un restaurante y nos dieron bebidas y una ensalada para las damas. Dos horas pasaron volando hasta que mis invitados tuvieron que marcharse.
Luego caminé a lo largo del muelle y observé tiendas y restaurantes, hasta que escuché mi nombre. Dos damas estaban sentadas en una mesa y la que me llamó me era familiar. Ambas eran pasajeras de la 'Serenade', una había subido a bordo poco antes y me la presentaron como Joan de Inglaterra. Me invitaron a sentarme con ellas. Pedí una cerveza y tuvimos una animada conversación hasta que tuve que marcharme para llegar puntualmente a la cena en mi mesa. Logré llegar con apenas cinco minutos de retraso.
En la noche escuché un poco al trío de cuerdas.