Foilsithe: 21.12.2016
Mucho viento en la capital del trekking, la ciudad en la nada.
Los vientos que alcanzan velocidades de 50-60 km/h evocan una sensación de fin del mundo, que supera a la de Ushuaia.
La pequeña ciudad, que consiste principalmente en albergues, hoteles, hostales, habitaciones de huéspedes y posadas, se encuentra en el Parque Nacional Los Glaciares. Aquí no hay recepción para teléfonos móviles y la conexión a Internet tampoco es muy rápida, pero hay algunas rutas de senderismo a las que se puede acceder. Teóricamente.
Hay que acostumbrarse a las condiciones climáticas. Aquí 'variable' tiene un significado apropiado, sin embargo, el fuerte viento es bastante constante.
Decidimos optar por un camino más corto hacia una cascada debido a las nubes bajas, mucho viento y lluvia.
No logramos llegar ni siquiera al final del pueblo, el viento nos azota con tan fuerte lluvia que decidimos entrar en la 'Waffeleria'.
Después de café y chocolate caliente con un toque, comenzamos un nuevo intento cuando para un rato la lluvia cesó. Nuestra ropa, aunque todavía húmeda, seguro que se secará gracias al viento...
Finalmente llegamos a la cascada, aunque bajo la lluvia no resulta tan impresionante.