Destino y alojamiento:
Wallersheim es un pequeño y encantador pueblo en la pintoresca Vulkaneifel en Renania-Palatinado. Nuestro alojamiento era una acogedora granja en la periferia, rodeada de verdes praderas y bosques.
Llegada y primera impresión:
Llegamos a la granja a primera hora de la tarde y fuimos recibidos calurosamente por los anfitriones. La granja estaba idóneamente situada, con una hermosa vista del paisaje circundante. La decoración rústica pero cómoda de la granja irradiaba una atmósfera acogedora.
Actividades y experiencias:
El primer día exploramos la granja y conocimos a los animales. Había vacas, ovejas, gallinas y incluso un par de gatos amigables. Los niños se divirtieron al alimentar a los animales y al jugar en el heno.Al día siguiente hicimos una caminata por la Vulkaneifel. La región es conocida por sus peculiaridades geológicas, como los maares, lagos volcánicos que queríamos ver. Nuestro camino nos llevó a través de densos bosques y sobre suaves colinas, siempre acompañados por el aire fresco y claro de la Eifel.
Experiencias culinarias:
En la granja se daba mucha importancia a los productos caseros. Para el desayuno había huevos frescos, pan recién horneado y mermeladas de frutas del propio jardín. Por la noche pudimos disfrutar de especialidades regionales como caza de Eifel y platos de patata, que nos habían preparado los anfitriones.
Partida y conclusiones:
Después de tres días de relajación, emprendimos nuestro viaje de regreso. El viaje corto a Wallersheim fue una combinación perfecta de descanso y experiencia natural. La cálida hospitalidad en la granja y el impresionante paisaje de la Vulkaneifel hicieron que esta estancia fuera inolvidable. Especialmente la cercanía a la naturaleza y los conocimientos sobre la vida en una granja fueron experiencias enriquecedoras para grandes y pequeños.
Recomendación:
Una estancia en Wallersheim en una granja es ideal para familias y amantes de la naturaleza que desean escapar de la rutina diaria y descubrir la belleza de la Eifel.