Foilsithe: 12.12.2022
Con un barco nos dirigimos desde el continente a nuestra primera isla Koh Ta Kiev, que nos fue recomendada por otros viajeros.
Al llegar, nos esperaba un acogedor hostal en un árbol, en medio de pura naturaleza. ¡El Kactus Hidden tree-house Resort realmente lo recomendamos! Sin embargo, hay que estar consciente de que todo está muy natural, así que es normal ducharse con ranas e insectos, tener ratas en la casa del árbol que pueden morder la mochila, o encontrarse con una gran araña en la toalla con la que secarse la cara. Los días siguientes los pasamos de manera muy relajada. Disfrutamos de la tranquilidad, de la playa desierta y del mar claro. De vez en cuando llovió un poco, pero no fue tan grave. Por las noches disfrutamos de la atmósfera relajante en la casa del árbol o alrededor de la fogata (con intentos más o menos exitosos con un didgeridoo) y de noche pudimos nadar en el mar con plancton luminoso (también porque la luna, afortunadamente, estaba muy favorable). ¡Fue una experiencia de ensueño y difícil de expresar con palabras! Un día, Jule, Pauli y Anna tomaron un camino aventurero a través de la selva hacia un pueblo de pescadores en el otro lado de la isla, mientras Emilie revisaba la playa en busca de un libro que había encontrado en la estantería. Finalmente, tomamos el barco de regreso al continente desde donde comenzamos nuestro viaje a la próxima isla, Koh Rong.